Por Salvador Maldonado
El diputado Leónidas Romero Sáez, conocido por su estilo frontal y su defensa férrea de las comunidades costeras del Biobío, vuelve a ocupar espacio en la agenda política nacional. Con más de una década de trayectoria pública —concejal, alcalde de Coronel y hoy parlamentario por el Distrito 20—, Romero mantiene un discurso que mezcla populismo fiscal, defensa territorial y valores conservadores, ingredientes que lo han transformado en una figura incómoda para sus adversarios y desafiante para su propio sector.
Durante este año, el legislador ha centrado su trabajo en tres frentes que han generado eco en el Congreso y en su distrito: la protección de la pesca artesanal, la eliminación de privilegios políticos y la fiscalización de la gestión pública regional.
Defensor del mar y de las caletas
En junio, Romero encabezó la crítica más dura al plan gubernamental de “regionalización de la pesca artesanal”, proyecto que —según advirtió— “golpea la dignidad de cientos de familias que viven del mar”. Para el diputado, la medida favorece a grandes empresas y deja en desventaja a los pescadores de caletas pequeñas.
Su intervención fue celebrada por sindicatos costeros del Biobío, que lo reconocen como “uno de los pocos que pone la cara por la pesca artesanal”.
Contra los privilegios del poder
Otro de sus gestos más comentados fue su reforma constitucional para eliminar la dieta vitalicia de los expresidentes, presentada junto a la diputada Paula Labra.
“Mientras un exmandatario recibe millones, hay adultos mayores que sobreviven con una pensión miserable”, sostuvo Romero en la Sala, reforzando su discurso contra lo que denomina “los abusos del sistema político”.
La propuesta, aunque aún en trámite, conectó con un sentimiento ciudadano de hartazgo frente a los privilegios del poder.
Polémicas y rectificaciones
No todo ha sido calma en su paso por el Congreso. En agosto, el diputado protagonizó una controversia tras la presentación de un proyecto denominado “Tengo fe en Dios”, que buscaba eliminar la causal de violación en la ley de aborto.
Pocos días después, Romero aclaró que el texto fue ingresado por un asesor “sin su autorización”, lo que lo llevó a retirar la iniciativa. Pese al revuelo, su postura pro-vida sigue firme, aunque hoy actúa con mayor cautela en temas valóricos para evitar distorsiones políticas.
Fiscalizador del Biobío
Romero también ha levantado la voz contra lo que considera “nepotismo e irregularidades” en el Gobierno Regional del Biobío, denunciando vínculos familiares y redes políticas. Su tono duro le ha valido críticas de autoridades locales, pero también aplausos de quienes valoran su rol fiscalizador.
Los pasos que vienen
En su agenda futura, el diputado proyecta fortalecer proyectos orientados a:
- Mejorar la infraestructura y conectividad rural en comunas del distrito.
- Aumentar los beneficios y programas de apoyo a pescadores artesanales.
- Seguir impulsando iniciativas de transparencia fiscal y reducción de privilegios institucionales.
Con un discurso directo y sin pelos en la lengua, Leónidas Romero se mantiene como una de las voces más combativas del Biobío. Entre la polémica y el respaldo popular, su figura encarna la contradicción de la política actual: la de un representante que incomoda al poder, pero que también busca mantener viva la confianza de los ciudadanos que lo eligieron “para decir las cosas de frente”.












