Por Salvador Maldonado.
Calera de Tango vive días de intensa movilización ciudadana. La causa: el rechazo unánime al proyecto de construcción de un Centro Cerrado para jóvenes infractores, que el Gobierno pretende instalar en terrenos del Camino Santa Inés.
La iniciativa, que se encuentra en etapa técnica y con Recomendación Satisfactoria (RS), ha generado una reacción inmediata de la comunidad, encabezada por la alcaldesa Hortensia Mora, el cuerpo de concejales y las organizaciones sociales locales, quienes acusan falta de transparencia y desconocimiento del sentir ciudadano.
Una comuna que ya ha dado demasiado
“Calera de Tango no puede seguir siendo el patio trasero de Santiago”, fueron las palabras firmes de la alcaldesa Mora, quien ha defendido con fuerza el derecho de su comuna a decidir sobre su propio desarrollo.
Según explicó, Calera de Tango ya enfrenta el impacto de otros proyectos de envergadura nacional —como la Autopista Orbital Sur— que dividen el territorio y alteran la tranquilidad que caracteriza a sus zonas rurales y residenciales.
“Nosotros no fuimos informados oficialmente. No es justo que se pretenda instalar una cárcel aquí, sin preguntarle a los vecinos, sin evaluar el daño social y urbano que generará”, señaló la jefa comunal.
Unidad transversal: vecinos, concejales y autoridades en una sola voz
El rechazo no tiene colores políticos ni diferencias sociales. Desde las juntas de vecinos hasta los concejales de distintas tendencias, todos han coincidido en que el proyecto es incompatible con la identidad y el desarrollo de Calera de Tango.
En asambleas, cabildos y reuniones municipales, la comunidad ha manifestado su preocupación por la seguridad, el impacto en la plusvalía de sus viviendas y la falta de participación ciudadana en la toma de decisiones.
Los concejales han respaldado públicamente la postura de la alcaldesa y han solicitado que el Gobierno reevalúe la ubicación del recinto, proponiendo alternativas en sectores industriales o de uso estatal donde el impacto urbano sea menor.
Una gestión transparente y comprometida
La alcaldesa Hortensia Mora ha puesto toda su energía en informar y empoderar a la comunidad. En coordinación con parlamentarios y dirigentes, ha impulsado gestiones ante ministerios y autoridades regionales, exigiendo que se respete el principio de equidad territorial.
“Queremos proyectos que traigan progreso, áreas verdes, vivienda digna, salud y educación, no una cárcel que solo estigmatizará a nuestra comuna”, declaró Mora en una reciente asamblea vecinal.
Su liderazgo ha sido clave para mantener la calma, canalizar la indignación de los vecinos y convertir la molestia en una defensa organizada y pacífica.
Bajo su conducción, Calera de Tango ha demostrado madurez cívica, levantando la voz sin caer en la confrontación.
Falta de información y decisiones a espaldas de la comunidad
Uno de los aspectos más criticados por la ciudadanía es la forma en que el proyecto se ha manejado.
De acuerdo con antecedentes recopilados, el Ministerio de Justicia y SENAME no habrían comunicado oficialmente la decisión de construir el nuevo recinto en la comuna, pese a que el diseño del proyecto ya cuenta con aprobación técnica.
Los vecinos exigen transparencia: “Queremos saber quién autorizó esto, cuándo y por qué se eligió nuestro territorio”, señalaron en una carta entregada al municipio.
El sentimiento general es que Calera de Tango fue nuevamente pasada a llevar, sin participación ni respeto por la autonomía local.
Una causa que une y fortalece a la comuna
Lejos de dividir, esta situación ha generado un fuerte sentido de identidad y pertenencia.
Las distintas localidades —El Recurso, Huelquén, Águila Sur, Santa Inés, entre otras— se han unido bajo un mismo lema: “No a la cárcel, sí a la vida tranquila”.
El municipio, por su parte, ha impulsado instancias de información abiertas y democráticas, fortaleciendo la confianza entre las autoridades locales y la ciudadanía.
“Estamos todos juntos en esto, porque Calera de Tango merece respeto”, insistió la alcaldesa Mora, agradeciendo el respaldo transversal recibido de parlamentarios, dirigentes y concejales.
Un llamado a la reflexión nacional
El conflicto trasciende los límites comunales. Lo que está en juego es el modelo de desarrollo que se impone a las comunas rurales del país.
¿Deben seguir siendo receptoras de proyectos no deseados por su gente? ¿O es momento de escuchar a las comunidades antes de decidir sobre su futuro?
Calera de Tango ha respondido con claridad. No se opone al cumplimiento de la ley ni a la reinserción social, pero exige que las decisiones se tomen con diálogo, justicia territorial y respeto por quienes habitan y construyen día a día su comuna.
Conclusión
Lo que ocurre hoy en Calera de Tango no es una simple controversia: es una lección de ciudadanía.
Una alcaldesa, su concejo y su gente han decidido decir basta a las decisiones centralistas que desconocen la voz local.
Y con esa unidad, Calera de Tango está escribiendo una página de dignidad y defensa del territorio que podría inspirar a muchas otras comunas de Chile.












