Inicio Editorial “Apoyar a delincuentes es ser su cómplice”

“Apoyar a delincuentes es ser su cómplice”

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En Chile nos acostumbramos a mirar para el lado. Nos indignamos en la sobremesa, compartimos frases contra la corrupción en redes sociales, pero cuando llega el momento de la verdad, demasiados ciudadanos terminan entregando su apoyo a políticos manchados por delitos y abusos. Y aquí no hay doble lectura: quien respalda a un delincuente, se convierte en cómplice de su impunidad.

El doble estándar de la política y la ciudadanía

Los partidos son expertos en blindar a los suyos. Levantan cortinas de humo, hablan de “persecuciones políticas” y venden la mentira de la “presunción de inocencia” como escudo eterno. Pero ¿de qué sirve exigir un país más seguro si seguimos legitimando a quienes están acusados de violaciones, fraudes y corrupción?

El apoyo ciudadano no es neutral. Es un cheque en blanco. Cada vez que alguien respalda a un candidato con prontuario, lo que hace es perpetuar un sistema donde los pillos mandan y los honestos se cansan de pelear solos.

Seguridad en jaque

Hoy Chile vive secuestrado por el narcotráfico, los portonazos, los asesinatos y el crimen organizado. Y en medio de ese escenario crítico, ¿de verdad vamos a seguir aplaudiendo y apoyando a tipos que deberían estar rindiendo cuentas en tribunales en lugar de ocupar un cargo público?

Es una bofetada para las familias que lloran víctimas de la violencia. Es burlarse de quienes piden justicia y respeto. Porque no se puede exigir mano dura contra la delincuencia mientras se alza la mano para apoyar a delincuentes disfrazados de políticos.

La complicidad ciudadana

Aquí no basta con culpar a los partidos o a los tribunales. El ciudadano que apoya a corruptos y abusadores es igualmente responsable del desastre político y social en que estamos metidos. Porque con cada apoyo entregado a los que tienen prontuario, lo que se hace es legitimar la podredumbre y condenar al país a la inseguridad.

No hay medias tintas: si le das tu apoyo a un delincuente, eres parte del problema.

Chile merece otra cosa

El país que queremos no se construye con discursos vacíos ni con candidatos manchados por delitos. Chile necesita políticos limpios, con trayectoria intachable y con coraje para enfrentar al crimen. Pero nada de eso será posible mientras los ciudadanos sigamos validando con nuestro apoyo a los que debieron ser expulsados hace tiempo de la vida pública.

Conclusión

Llegó la hora de decirlo con claridad: apoyar a delincuentes es tan grave como serlo. Si queremos vivir en un país más justo, más seguro y con instituciones fuertes, lo primero es trazar una línea roja. Y esa línea comienza en nuestra conciencia y en nuestro apoyo.

Porque quien camina con delincuentes, termina convertido en uno de ellos.

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