En el cuadrilátero, su mirada es de fuego, su estilo es agresivo y sus puños llevan el ritmo de una carrera forjada con sacrificio y determinación. Diana Laura Fernández Ortiz, conocida como “La Bonita”, no es solo una boxeadora profesional; es el orgullo de Ciudad Juárez, Chihuahua, y uno de los rostros más prometedores del boxeo femenil mexicano.
A sus 29 años, Fernández ha logrado lo que muchas sueñan y pocas alcanzan: consolidarse como una de las mejores del mundo en la división supermosca. Su historia comienza con el ejemplo familiar —su hermano Ricardo fue quien la acercó al mundo del box—, pero su temple y disciplina fueron lo que la hicieron escalar peldaños en este deporte rudo y competitivo.
Dueña de una técnica afilada y una voluntad de hierro, Diana ha sumado títulos regionales importantes, entre ellos el Campeonato Latinoamericano Súper Mosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), que marcó un antes y un después en su carrera. Pero su ascenso no se detiene ahí: en enero de 2025, se posicionó en el tercer lugar del ranking mundial de BoxRec, un logro que la coloca a las puertas de una pelea por el título mundial.
Su victoria más reciente —una contundente decisión unánime sobre la experimentada argentina Débora “La Gurisa” Dionicius en noviembre de 2024— reafirma que Diana no solo pelea, convence. El combate tuvo lugar en el Gimnasio Municipal Josué “Neri” Santos de su natal Ciudad Juárez, donde la afición vibró con cada golpe de su campeona.
Fuera del ring, Diana Fernández también conquista. Su carisma, su historia de esfuerzo y su presencia fuerte pero cercana han hecho de ella una figura admirada, un modelo para las nuevas generaciones de mujeres en el deporte. Su apodo, “La Bonita”, encierra una dualidad poderosa: la belleza de la técnica y la fiereza del combate.
El futuro inmediato la proyecta hacia el título mundial. Y si algo ha dejado claro Diana Fernández, es que está lista. Porque su lugar no es solo en la esquina del ring, sino en lo más alto del podio.












