En la apacible localidad de Quinchamalí, donde la naturaleza se mezcla con la calidez de los hogares, existe una parcela que guarda un tesoro especial. No es solo la belleza de sus árboles frutales o la serenidad de su entorno, sino la presencia de una pequeña y traviesa criatura llamada Pelusa, quien, el próximo 20 de diciembre, cumplirá 10 años de vida.
Pelusa, con su pelaje suave y su energía contagiosa, llegó a la vida de la señora Herodia un 20 de diciembre de 2014, y desde entonces, la ha llenado de momentos inolvidables. Para Yoyi, conocida cariñosamente por sus cercanos, Pelusa no es solo una mascota, sino una compañera fiel, una cómplice de aventuras, y un recordatorio diario de la alegría que puede traer la vida.
En la parcela, Pelusa ha encontrado su paraíso. Le encanta correr libremente, con la brisa jugando entre su pelo, y uno de sus pasatiempos favoritos es correr a buscar naranjas caídas, como si fueran los más preciados tesoros. Con la misma gracia y picardía, Pelusa es conocida por sus “relojitos”, una danza juguetona en círculos que hace reír a cualquiera que tenga la suerte de presenciarla. Y cuando la música suena, no es raro ver a Pelusa moverse al ritmo, como si la naturaleza misma le hubiera enseñado a bailar.
Estos 10 años han sido testigos de un vínculo inquebrantable entre Yoyi y Pelusa. Juntas han compartido los días soleados y las noches estrelladas, las tardes de juego y los momentos de tranquilidad. Pelusa, con su lealtad infinita, ha sido una constante en la vida de Yoyi, llenando su hogar con una alegría que solo aquellos que han amado a una mascota pueden entender.
Ahora, a medida que se acerca su décimo cumpleaños, Yoyi no puede evitar sentirse emocionada. Cada día con Pelusa ha sido un regalo, una muestra de amor puro y desinteresado. Y en ese rincón de Quinchamalí, donde la naturaleza y el amor se entrelazan, Yoyi sabe que Pelusa dejará en el tiempo una huella imborrable en su corazón y en cada rincón de su hogar.
El 20 de diciembre será una celebración especial, no solo por los 10 años de vida de Pelusa, sino por la década de travesuras, bailes, y sobre todo, de un amor que ha hecho de cada día en Quinchamalí un poco más hermoso.
